Palabras hermosas que en estos tiempos de crisis muchos padres hemos dicho a nuestros hijos. Hoy, luego de disfrutar de una sencilla y hermosa cena navideña en lo íntimo de la familia, me permito recordar las navidades anteriores, en las cuales nos reuníamos en casa de algún familiar, principalmente era de un abuelo o abuela, en mi caso de mi suegra, mi esposa junto a sus hermanos, y cada quien con su prole, sus hijos, esposos (as) y nietos; un hermoso ensordecedor ruido de risas, gritos, juegos, chocar de copas y de vasos, papeles de regalos rasgados y regados por la sala, por la entrada, por el patio, platos medio llenos, otros vacíos, pequeñas y felices discusiones sobre quién se comió las uvas?, quien dejó las pasas? quien se comió las nueces?, sobre que rico el pan de jamón, que sabrosa la ensalada, que espectacular las hallacas... y entre otros temas, preparar la reunión de fin de año, los cohetes, las luces, la nueva ropa, el vino, la cerveza, el ponche crema.
Hoy recuerdo con mucho anhelo todo ese ruido!